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Zumba: ENTRENAMIENTO DE CUERPO Y ALMA



Hace un par de años sólo había dos o tres instructoras en la ciudad dictando este novedoso programa que mixtura lo aeróbico con distintas clases de ritmos. Hoy ya son casi 30 profesores certificados. Hablamos con algunos de ellos para saber por qué tiene tanto éxito

Por Juan Ramón Seia
@juanitoseia
Llegás al lugar y te sacás el abrigo. Dejás la toalla de mano y la botellita de agua a un costado. Saludás a los que están al lado y notás que la clase está a punto de arrancar porque ya pusieron play al equipo de audio.
Por lo general no hay espejos como en un gimnasio y los instructores no están a tus espaldas sino de frente, moviéndose y saltando de aquí para allá, mirándote, escrutándote, alentándote, instando a que hagas los ejercicios -o por lo menos que te muevas lo suficiente-, pero también a que sonrías, a que la pases bien. Que te saques la mufa del día.
Toda clase-sesión-entrenamiento de Zumba vendrá con un combo más o menos estructurado de la siguiente manera: set musical de precalentamiento, aplausos, un parate para tomar agua, una ametralladora de hits bailables de reggaetón, cumbia, salsa, bachata, merengue, fusión, cuarteto y algún que otro tema descolgado de danza árabe, aceleración del pulso cardíaco, aplausos, sudor en la frente, en el pecho y en la espalda que deberá ser rápidamente suplido con otro trago de agua, momento crítico y paradójico en que pensás "debo parar" y "quiero seguir" al mismo tiempo, último bloque sonoro que en lugar de acentuarse en el ejercicio físico se transforma en una escena extraída de un casamiento o cumpleaños de 15 con todos los participantes haciendo un trencito o una ronda tomados de la mano, hasta llegar finalmente al anhelado relax con fines elongativos.
En suma, ese híbrido de actividad física con danzas libres y fiesta informal tiene una sola meta: que te vayas más aliviado, más fortificado y más contento que como entraste.

Fusión del caribe

Como todo mito fundacional, el Zumba también tiene su génesis peculiar. Cuenta la leyenda que, en los años noventa, el bailarín colombiano Alberto "Beto" Pérez -creador del llamado "programa de acondicionamiento físico"-, había llegado a dar su clase habitual de aerobics en su Cali natal cuando de repente se da cuenta que no tenía a mano su rutina habitual. Entonces, decide poner cintas de música latina que llevaba consigo en su mochila. La combinación fue tan bien aceptada por los asistentes que al poco tiempo se percató que allí había algo interesante por explotar: una increíble mina de oro.
Ya a principios de los años 2000, asociado con los empresarios Alberto Perlman y Alberto Aghion, Pérez logra crear una firma internacional que termina introduciéndose en Estados Unidos para luego, de allí, expandirse prácticamente al mundo entero.
Según su página oficial, Zumba se encuentra en 180 países e involucra a 15 millones de personas. La franquicia, que promociona sus capacitaciones con certificaciones oficiales, cuenta con distintas modalidades: Fitness (el regular), Kids, Kids Jr, Gold (para adultos mayores), Step (con banquillas), Toning (con pesas livianas) y Aqua Zumba (en el agua), entre otros.

Experiencias locales

En Villa María, el fenómeno recién comenzó a explotar un par de años atrás, cuando las primeras instructoras comenzaron a brindar sus clases. Actualmente son casi treinta profesores en nuestra ciudad que invaden con ritmo y color diferentes espacios de esparcimiento. A seis de ellos se les preguntó lo siguiente: 1. ¿Cuándo entraste al mundo de Zumba? 2. ¿Qué cambió en vos y qué creés que puede lograr en tus alumnos? Y 3. ¿Cuáles fueron tus mejores experiencias como asistente o instructor de Zumba?

Valentina Correa

1. Entré hace casi 2 años y medio. Siempre me dediqué a la danza, al baile y esto fue como algo nuevo para aportar, desde lo fitness.
2. Cambió mucho, desde mi aspecto físico hasta mi rutina diaria, en cosas cotidianas. Me siento más alegre, con más energía. Zumba me regaló más amor hacia mi profesión.
3. Mis mejores experiencias, son las diarias. No soy de los instructores que predican con la bandera zumbera, no soy una fanática. Pero las palabras que me regalan algunas alumnas son muy fuertes, como el "sí se puede" o el "me cambiaste la vida".

Ivana Fantini Di Santo

1. Hace un poco más de 2 años y sinceramente creo que el “mundo Zumba” me encontró a mí. Estaba en un momento personal complicado y fue una inyección de energía. Hacía rato que venía viendo videos pero no sabía dónde capacitarme hasta que un día leí: “Convertite en instructor de Zumba- Alta Gracia”. Fue el 5 de abril de 2014.
 2. El cambio más visible es la sonrisa permanente. Claro que con los meses de entrenamiento el cuerpo cambia, los kilos bajan, aparecen músculos que no sabía que tenía (risas). Principalmente en la hora de clases nos divertimos mucho. Un caso puntual: una alumna que tiene trastornos alimenticios, hacía una dieta a base de pocos alimentos y digo “hacía” porque un año atrás me cuenta que comenzaron a incorporarle alimentos y que ya no los rechaza. Su médico simplemente le dijo que siga haciendo eso que estaba haciendo (Zumba), porque le hacía bien.
3. He tenido experiencias maravillosas. Pude capacitarme en el exterior (el año pasado viajé a San Pablo, Brasil, a tomar cursos con el creador de Zumba y con los mejores capacitadores a nivel internacional). También haberme sumado a la empresa como miembro ZCom (como voluntaria de la marca colaborando con colegas). Y hace poco volver a capacitarme con Beto Pérez, aquí en Buenos Aires, Argentina.

Marisa Carrillo

1. Entré el 29 de noviembre de 2011. Había pasado 6 meses de depresión, angustia, sin trabajo y Joaquín (Chanquía, su hijo que recibiera intervenciones de células madre en el exterior para tratar una leucomalacia periventricular), convulsionada a raíz de mis penas. Hasta que dije basta. ¡Llegué pesar 118 kilos! Hasta que mi hermana (la reconocida instructora "Lala" Carrillo), me dijo que hiciera Zumba que me iba ayudar.
2. Aclaro que no sé bailar. Nunca supe moverme, pero ¡me fascina! Cuando empecé a entrenar, aún estaba en proceso de la bajada de peso, de ir conociendo mi cuerpo, y aprender a dar clases. No tenía todavía manejo de cuerpo y Zumba me dio seguridad y confianza en todo. Zumba logra sanarte, animarte y soltarte.
3. Mi mejor experiencia fue viajar a Orlando y conocer a la empresa más de cerca junto a 9 mil colegas de todo el mundo.

Lucho Renaudo

1. Como profe entré en octubre de 2014 cuando hice un curso en Alta Gracia. Pero como alumno fue antes, cuando caminamos con mi amigo Pablo (Cuello, ahora también instructor), y vimos que daban clases en el centro vecinal de la costanera. Nos pareció un poco raro porque se tomaban de las manos (risas). Empezamos a los dos días; creo que fuimos los primeros varones en la ciudad en ir a Zumba. Yo estaba pasando por un momento jodido de mi vida y eso me cambió completamente. Creo que Zumba es una herramienta para ayudar a la gente para ser felices y a mí me ayudó. Tengo que agradecerle a Ivana (Fantini Di Santo), porque ella fue mi mentora.
2. Siento que ahora soy otro, más transparente y recibo toda la contención y cariño de mis alumnos.
3. Como experiencias dentro de clases destaco todos los cumpleaños que festejamos de los alumnos y también acciones solidarias como la movida que hicimos por un chico, Santi, por quien la mamá ya había agotado todas las vías posibles. También recuerdo a una alumna que me dijo: "Lloré todo el día porque perdí un familiar pero vine porque acá soy feliz".

Jesuana Giménez Gavilán

1. Me hice ZIN (instructora) de Zumba en abril de 2015 porque siempre estoy buscando capacitarme y sumar títulos a mi carrera y vi que era algo que se estaba poniendo de moda.
2. En verdad no me cambió mucho. Yo ya soy profe de baile y ya tenía mis alumnas. Además la metodología de Zumba es básicamente la interpretación musical yo ya la estaba utilizando en mis clases, no es nada nuevo. Lo que sí generó mucho más interés por las personas en bailar.
 3. Como lindas experiencias: el "Zumbathon" en Villa María por el Hogar de Ancianos que se realizó  en el Club Ameghino el año pasado, las master class en la costa en el verano al aire libre (junto al área de Deportes), y el "Zumbathon" por nuestra colega Fabi Calderón (porque nos tocó de cerca y fue muy emotivo) y la master class de Zumba Kids que dicté en las piletas municipales, convocada por la Muni.

Paola Cecilia Acosta

1. Tuve por casi 20 años un "gym" donde daba de todo hasta que entré en crisis porque estaba aburrida, cansada de lo mismo. Una vez fui a una clase de la profe Luli por curiosidad y me encantó. Luego fui a Córdoba y así no paré. Me capacité y empecé a dar. Fue como algo mágico, porque volví a entrar al mundo del fitness.
2. Realmente me doy cuenta que lo hago con mucho placer y me divierto mucho con mis alumnas Es una estructura de clase fácil, repetitiva y divertida, donde hay mucho de expresión. A la música y a las "coreo" te las manda la empresa; eso facilita q tus clases sean un éxito. También aprendí a ver a mis alumnas, haciendo monadas, abrazarlas, hacerlas reír, cargarlas con dichos. Que las protagonistas sean ellas y no yo. Transmitir que todas pueden y son capaces.

3. Los mejores momentos con las actividades solidarias. Lo hice con una chica, Martina, y con mi compañera Fabi Calderón, entre otros.

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