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Julie Aiello: La reina del Harén




Artista por donde se la mire. Con una personalidad hermosa y potente sobre los escenarios. Es la voz de Harén, banda que la convirtió en la reina del rock villamariense.


Por Marcelo J. Silvera
@MarceloJSilvera

Fotos: Flor Garello

Nació en el seno de una familia de bellas personas y grandes artistas (cualidades que no siempre van de la mano), eso sin dudas la contagió de ambas cosas. No vamos a caer en el lugar común de decir “la hija de…” Ella es ella, con un lugar bien ganado por talento propio. Y como si fuera poco la hija de un gran amigo y talentoso músico. En el verano deslumbraron en la Costanera siendo soporte de Pez y Massacre, su voz cautivó al público y la crítica, y su look de reina pop-rockera asombró a todos. Señoras y señores: Julie Aiello:
-Dice el dicho que “lo que se hereda no se roba”… ¿Te planteaste una vida sin la música alguna vez?
-Sí. Cuando me fui a estudiar letras modernas a Córdoba Capital. Me separé de todo lo que había hecho desde chica hasta los 17 años (cantar, tocar el piano y actuar). Me fasciné con el mundo académico y también empecé a estudiar cine. Decía que la música había sido solo una etapa en mi vida. Solo la consumía, iba a recitales pero nada de ejecutarla. Claramente cambié de idea.
-Vivimos un mundo muy estructurado, incluso los más “liberales” portamos estructuras heredadas de la familia, la sociedad, la educación… ¿Intentas que esas estructuras no te limiten el arte?
- A decir verdad me siento una mina bastante estructurada para la edad que tengo y por cómo me criaron, de hecho creo que los esquemas son grandes responsables de cómo funciona la banda que tenemos, ninguno de los cinco es un volado, por decirlo de algún modo. Por suerte creo que le encontré el lado que me sirve de las estructuras y no el que me limita. Me encantaría ser el estereotipo de artista raro, onda Kurt Cobain o Daniel Johnston pero no me sale, estoy lejos de ese romanticismo por ahora (risas). Obvio que tengo miles de limitaciones a nivel creativo, esquemas que ya están consagrados y de los que cuesta soltarse, sobre todo porque soy muy clásica a la hora de seleccionar mi música, entonces a veces parezco una vieja prejuiciosa que no sabe entender la música nueva.
-¿Y la estructura musical? El rock es rock y va en esta casilla, la cumbia va allá y el pop por ahí. Como si nada pudiera coexistir…
-El tema de los géneros es jodido en cualquier rama del arte, pero ya hace unos años, tal vez como síntoma de la posmodernidad, creo que todos sabemos (en el fondo) que todos los géneros se tocan y se contaminan. Hoy en día los rockeros escuchan cumbia latinoamericana o música electrónica, está re de moda. O es de culto escuchar Britney Spears. Harén justamente busca una estética bien rocker para la música, un rock puro de los ‘70 pero ves la puesta en escena  y ves la herencia de Madonna y Beyoncé. Encontré la forma de unir mis dos pasiones, el rock con la danza, la puesta en escena del pop. Antes creía que me tenía que decidir, si era rockera o era del palo de Michael Jackson y Queen. Después me di cuenta que Freddy y Michael, Madonna y Beyoncé son auténticas estrellas de rock, con todo lo que ese concepto significa más allá de la música.
-Con papá atrás no podemos descartar Los Beatles como base de tu discoteca, pero ¿qué más hay en la selección musical de Julie?
-Obvio, ni hace falta hablar de los Beatles. Paul McCartney es lo más parecido a Dios. Y mi discoteca es muy ecléctica en este momento porque la comparto con mi pareja. Desde que vivimos juntos nos volvimos coleccionistas en conjunto. Podés encontrar desde un disco de Lady Gaga con Tony Bennet hasta varios de Marilyn Manson. Pero tal vez lo más propio de mi selección musical fue lo primero que elegí “yo sola”, separándome un poco de mi papá: Fito Páez y los Red Hot Chili Peppers. A él también le gustan ambos porque incluso me facilitó los primeros discos, pero esto era como mío mío, no era Spinetta o Sting o Jobim. Tengo casi toda la discografía de ambos y cuando quiero sentirme bien cerca de lo que soy pongo sus discos a todo lo que da. Otro de mis favoritos es Stevie Wonder y también vas a encontrar mucho de Charly, Sumo, Divididos. Y toda la parte indie de Arctic Monkeys y The Strokes.
-¿Cómo nace Harén y qué pretende?
-Harén casi te diría que nace en México al costado de la playa. Facu y yo estábamos por unos meses en Playa del Carmen y hablábamos todo el tiempo de tener una banda nueva, distinta a lo que había en Villa María. Hablábamos de quiénes podrían formar parte del proyecto.  Yo le decía que quería que suene como los Foo Fighters o los Queen of the Stone Age. Cuando volvimos fuimos reclutando al equipo y en el medio del calor de noviembre nos empezamos a juntar, al tiempo murió Nisman y jodiamos con que el nombre de la banda era Proyecto Nisman. Al principio teníamos 3 temas y los tocábamos 500 veces, tocábamos Fuegos de Oktubre de los Redondos, tocábamos Immigrant Song, hasta que ya nos entendimos, nos pusimos las pilas y dejamos de hacer pseudo ensayos de 5 horas reloj.
Harén pretende traer ese rock vintage como lo es el de Zeppelin o el de Sabbath y romperle la cabeza al que nos vea en vivo. Que nunca te olvides que viste una mina vestida y moviéndose onda Beyoncé pero gritando como si se creyera Cobain. Más 4 pibes con los ojos pintados, en cuero, con collares, tocando de la ostia. Quisimos renovar la escena un poco (sin ser pretenciosos) y básicamente hacer lo que teníamos ganas.
-En el Costanera Rock asombraron y deslumbraron a muchos. Alguien me dijo: “mirala a la chiquita…” como quien descubre oro en el río ¿Ese show los posicionó de otra manera?
-Sí! Totalmente. El Costa Rock fue altísima oportunidad que llegó en el momento justo. De ahí pegamos un salto porque la gente empezó a saber de nuestra existencia y los que nos conocían nos tomaron un poco más en serio. Incluso nosotros mismos tuvimos que volvernos más profesionales en el lapso de 2 semanas para cumplir con todos los requisitos que exigían en la selección de bandas.
-Se viene una fecha para el Climax, sé que están preparando cosas nuevas, incorporaciones…
-Sí, se viene un show hermoso. Logramos incorporar varias cosas que hacía un tiempo que queríamos. Tenemos un iluminador propio (que para las bandas grandes ya es algo mínimo e indispensable pero nosotros estamos felices como perro con dos colas), lo contactamos a Alfio D’Antona que hizo varios vídeos a De la Rivera y trabaja con ellos y se copó para hacer las visuales de nuestro show también. Tenemos canciones nuevas y realmente lo encaramos técnicamente con mucha delicadeza y cuidado. Hay trajes nuevos de Cornelia Pineda exclusivos para nosotros. Y una incorporación nueva que es súper sorpresa para el show.
-¿Acaso es otra cosa el arte que alcanzar el climax?
-Creo que si tuviera que elegir una religión o un dios o algo de todo eso sería el arte. Soy atea, gracias a dios (como dice la Lili Felipe) pero si hay algo que me eleva, que me hace llorar, que me hace sentir una sensación inexplicable es el arte. Es la música y el cine más concretamente. Es lo más genial que el humano hizo (junto con Internet). Y si, no todo el arte, por supuesto, pero hay varias obras, pedazos del paraíso que se asemejan bastante a alcanzar el Climax.



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