César
“Agite” Busso y Caito Onnainty sacan punta para hablar sobre un género que está
en pleno auge, tanto en papel como en la web.
Por Juan Ramón Seia
@juanitoseia
@juanitoseia
César
Agite de Bell Ville
“PARA
HACER HUMOR GRAFICO POLITICO TENES QUE ESTAR INFORMADO”
-Contame
sobre tus inicios. ¿Quién era Agite antes de serlo?
-Cuando era muy chico, antes de saber
leer, mi vieja me acercó al mundo de las historietas (debe estar arrepentida,
ja), con las revistas que me traía del kiosco o de las casas de canje que había
antes. De ahí no paré más de leer porque hasta que me puse a hacerlas “en
serio” pasó un largo tiempo. Probé un
montón de artes: música, teatro, cine, escribir, pero la mejor manera de
comunicar lo que siento o pienso la encontré en la historieta. Aunque la
abandoné bastante en la adolescencia y juventud, siempre supe que quería hacer
esto. Y también siempre me gustó hacer reír. Así que al final se unieron estos
dos placeres. Como que no podía darse de otra manera.
-Viniste
a Villa María, estudiaste Diseño y volviste a Bell Ville. En ese regreso a
casa, volcaste tus trabajos en el blog de un amigo, Bell Ville Sensible. De ahí
empezaste a tener cierta visibilidad. ¿Se te ocurrió que podía a pasar algo por
el estilo?
-La verdad que no. Como te decía, siempre
me gustó hacer reír y en ese momento tenía un blog, cuando se leían los blogs
antes de las redes sociales, de noticias falsas que ocurrían en el futuro y le
tenía más fe a eso. Cuando mi amigo Javier creó el blog de humor gráfico empecé
a hacer tiras y descubrí que era el medio perfecto para mí que quiero decir lo
que pienso o siento rápida y directamente, y dado que además soy muy ansioso.
Creo que no podría nunca hacer un largometraje o escribir una novela donde
tenés que dar muchas vueltas hasta decir lo que querías decir, o se entienda
que querías decir una cosa y no otra. Y bueno, empezó a leerse y empezaron a
salir laburos y apareció gente muy copada y grosa que pude conocer gracias al
blog.
-Has
ilustrado y dibujado para Quito Mariani, Emanuel Rodríguez, a bandas locales
como Fede Lattanzi & cía. ¿Qué fue lo más copado que te ha pasado con
respecto a tu laburo?

-¿Creés
que actualmente entraste en un fuerte reverdecer de la historieta en Argentina?
-Es un momento en el que las redes
sociales se nutren mucho del humor y por ahí lo que hago yo adquiere
visibilidad. E incluso gente que nunca dibujó se animó a hacer su propio humor
gráfico alentado por el éxito de este género en la web. A algunos les va muy
bien sin ser muy buenos y viceversa. Creo que es un momento muy bueno de la
historieta también a nivel ediciones, se hacen cosas muy copadas creativas y
profesionales, si cabe esa palabra, o mejor dicho de mucha calidad. Ojalá se vendieran en los kioscos y no sólo
en convenciones de cómics o locales especializados.
-Me
encantó esta frase que subiste a tu Facebook: "El humor siempre es una
falta de respeto. Si hacés humor y no molestás a nadie dedicate a otra
cosa". ¿Directamente vos no tendrías límites a la hora de hacer humor?
-Los límites los entiendo como las cosas
de las que uno no quiere o no tiene ganas de hablar. Pero no tengo límites de
hierro, además lo que uno quiere o no hablar va cambiando con el tiempo, al
ritmo de nuestro crecimiento interior. Creo que además los límites están
íntimamente ligados al talento. Para hacer un chiste sobre el Holocausto o
sobre desaparecidos en Argentina, para dar ejemplos de temas jodidos, hay que
tener talento para hacer algo genial y quedar bien parado. Y el humor que me
molesta es el que está desinformado o se monta en un prejuicio. Si vas a hacer
humor gráfico político tenés que estar informado, por lo menos del tema que vas
a tratar, saber de dónde viene esa info. Si repetís lo que dicen los medios
hegémonicos, entonces vos no querés subvertir la realidad, esa de la que tanto
te quejás.
-Tu
humor contiene una impronta marcadamente política. ¿El humor es siempre una
mirada política sobre las cosas?
-Puede y no. Hay quienes encuentran humor
en la torpeza del otro o en los apellidos de la gente, a ver con qué pueden
rimar. El humor que más me interesa hacer es político, porque el humor es un
anticuerpo. En un mundo enfermo de mentiras el humor combate la naturalización,
la solemnidad y lo sagrado de las cosas que te quieren vender como tales. Si el humor te ayuda a ver el engaño entonces
sos un poquito más libre y ese es el humor que me gusta y me interesa hacer. Si
hilamos muy fino creo que todo humor es político. Pensá cómo le sirven -cada
vez menos porque se hacen menos-, a los conservadores los chistes sobre gays,
que en apariencia, para alguien desprevenido, no tienen nada de político.
Igual no me limito, mañana me levanto y
si me pinta hago un chiste con el apellido de mi vecino que es Angulo.
-¿Cuál
sería tu mayor aspiración como ilustrador o historietista?
-Cuando era chico soñaba con dibujar en
DC o Marvel, hoy me conformaría con vivir de esto. Creo que lo de que la
historieta es un género menor es una discusión terminada. Lo que sí estaría
buena que se aprecie más el trabajo del historietista y no sólo hablo del plano
económico. Si hacés historieta sos el boludo que hace dibujitos. La historieta
es mucho laburo, mucho sacrificio, es esfuerzo y poesía como cualquier forma de
arte. Hay gente que lee una tira en tres minutos y piensa que es el mismo
tiempo que le llevó al autor hacerla. Es un problema de percepción, supongo.
También pienso que es un plan del sistema de
invisibilizar las formas de arte para que la gente no expanda la
conciencia y empiece a cuestionar la forma en que vivimos , como lo cuestiona
el arte, por lo menos el que me interesa a mí.
¿Por qué, por ejemplo, no alientan a los adolescentes para que lean
usando historietas en vez de libros aburridos escritos hace 200 años que no
tienen nada que ver con ellos? Así el adolescente odia la literatura, se hace
una idea equivocada de lo que es y no lee nunca más.
Caito
Onnainty de Justiniano Posse y radicado en Villa María
“TODA HISTORIETA ES COMUNICACION Y POLITICA”
-¿Cuándo
descubriste que tenías cierta habilidad con respecto al dibujo?
-No tengo memoria de cómo comencé a
dibujar, es de esas cosas de "de toda la vida". Con el tiempo fui
mejorando, aunque fui muy autodidacta
con este tema. Aprender sobre historieta y diseño fue otra cosas. Con eso sí
tuve que leer algunas cosas, artículos,
investigaciones y libros. Lo que me pasaba con el dibujo, es lo que creo que le pasa a todo el mundo
con lo que lo hace ser uno mismo. Algunos eran buenos jugando al fútbol, otros tocando la guitarra y yo dibujaba.
-Tenías
algunos referentes de chico, consumías ciertas historietas, diarios o revistas
que te interesaban en ese entonces?
-Lo que más consumía de chico era
dibujitos animados, no historieta. Pero lo que sí me estimuló para querer
expresarme fue el programa "Caloi en su tinta". Si tengo que elegir
un referente, siempre me surge nombrarlo a él,
a Caloi. Pero no sólo por lo que hacía,
por lo que dibujaba o escribía,
sino por su programa. Por ese afán de querer compartir con los demás,
obras que no tenía el perfil de ser comerciales. Ya más grande, y viéndome en
la búsqueda de aprender sobre historieta,
conocí a Oesterheld, a él lo tomé como referente para militar la
historieta.
-¿Cómo
definirías tu propia producción?
-Lo más fácil sería decir que me
emparento con el manga, que es el estilo
japonés de historieta, pero la verdad es que me apropié de cosas de varios
estilos, cosa con la que es medio
difícil de cargar. Los más puristas del estilo manga, ven las diferencias y no
lo consideran manga, los más adeptos al estilo realista norteamericano o
realista europeo, no lo consideran
realista. El estilo japonés me da libertad,
los personajes pueden pasar del realismo a la caricatura de una viñeta a
la otra y, por otro lado, tomé mucho del estilo norteamericano para
diseñar las páginas, eso sumado a todo lo argentino que le añado a cada
historia, termina siendo como una de esas picadas raras donde tenés un salame
picado grueso al lado de los camarones y el sushi.
-En
nuestra ciudad y en nuestra zona, ¿hay un campo fértil para este tipo de
producciones?
-Si nos referimos a “campo fértil” como
una cuestión comercial y económica,
diría que no. Ahora, si hablamos
de una porción de tierra en donde surgen nuevos historietistas, nuevos valores y gente con ansias de
expresarse, por supuesto. Villa María es una ciudad universitaria en pleno
crecimiento, así que si sumamos más
mentes que llegan cada año a las nativas,
la ecuación es simple. Yo, por
ejemplo, vine a estudiar a Villa María y
me quedé. Por esto y por muchas cosas más es importante la educación pública y
la infraestructura con la que cuenta esta ciudad.
-A
la par de dicha vocación, te identificás abiertamente con una línea política.
¿Hacés converger ambas pasiones?
-Primero, hago una salvedad. Yo considero
que toda acción que uno lleva a cabo en sociedad, es política, incluso no hablar de
política, es hacer política. Por otro
lado, todo es comunicación. Por eso,
toda historieta es tanto comunicación y política. De por sí, la historieta es
una de las herramientas más utilizadas para la política. Capitán América, el Hombre Araña, Superman, la Mujer
Maravilla, grandes embajadores de ideología y no es casualidad que se vistan de
rojo, azul y hasta tengan estrellas blancas en sus trajes.
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