Por Marcelo J. Silvera
@MarceloJSilvera
@MarceloJSilvera
Historiador. Escritor. Profesor. Hombre de radio, gráfica y
TV, dice que hay que utilizar todos los medios disponibles para difundir la
historia. Estudió en “la pública”, y como muchos otros entiende que hay que
devolverle con acciones profesionales a la ciudadanía que permitió la educación,
por eso difunde para las masas y no para las elites que históricamente se
apropiaron de “la cultura”. Felipe Isidro Pigna dice su documento. Nació en la
misma ciudad que Héctor J. Cámpora, Raúl Porchetto, Luis Cané, Hernán Casciari, “Wado” de Pedro,
Osvaldo Principi, y Jorge Rafael Videla (aunque éste último no es un orgullo de
la ciudad, ni del país): Mercedes, Buenos Aires.
En la localidad de Sunchales (Santa Fe) Fundación Atilra
organizó la presentación de su nuevo libro “Manuel Belgrano, el hombre del
Bicentenario”. Antes de subir al escenario del Auditorio del Centro Educativo
Tecnológico Atilra habló del pasado, el presente, los nexos y las herencias:
-¿Qué es la historia?
-La historia es una disciplina muy antigua. Tiene poco menos
de antigüedad que la filosofía, pero ahí anda… nació en la antigua Grecia como
disciplina. Es una subjetivación de la realidad, un relato de la realidad. No
una cronología, sino un análisis de la realidad, es opinión; la historia nace
subjetivada lo cual no tiene nada de malo porque permite muchas
subjetivaciones, y nos permite aproximarnos a esa utopía que es la verdad, o
por lo menos un acercamiento a la reconstrucción del pasado. Puede servir o no
para el presente, en sí misma la historia tiene valor y es interesante conocer
qué nos pasó; puede tener un sesgo utilitario como se pretende en el Siglo XXI
–que todo sirva para algo- o no, puede no servir para nada y estaría bien
igual, no tiene la obligación de ser útil. Para mi y para mucha gente es muy
útil, sirve para pensar el presente, proyectar el futuro, para intentar no
repetir errores, para lo cual se ha demostrado que no ha sido muy efectiva…
Creo que es una hermosa disciplina, completísima porque tiene infinitos rubros
y ramas (historia del arte, la pintura, la literatura, la matemática…), estamos
hermanados con todas las disciplinas porque historiamos todas las disciplinas
también.
La historia es algo muy bello, que se debe vivir con
intensidad. Si uno la toma como un experimento científico, la verdad que no
sirve, ese historiador es una persona de la que se debe dudar.
-Nombraste a la
filosofía y se dice que no sirve para nada, salvo para replantearse todo, lo
cual no es poca cosa…
-La historia y la filosofía somos disciplinas hermanas. Por
eso digo que nacimos casi juntas ¿no? Ahora estoy haciendo una linda tarea con
Darío Sztajnszrajber (se pronuncia /shtáin
shráiber/) recorriendo el país. Tenemos la suerte de que él hubiera querido
ser historiador y yo hubiera querido ser filósofo por lo que hay una muy linda
correlación.
La filosofía es de una utilidad extraordinaria. Si la
persona se diera al trabajo de pensarse, si pudiera porque mucha gente no
puede, está limitada a unos horarios laborales, explotación, cansancio,
limitaciones de su educación por su condición social… y otros que pueden y no
les interesa, esos son a los que uno debería llamar a reflexión; y a los otros
hay que trabajar para que puedan acceder, nunca rendirse a esta tarea de que
todo el mundo acceda a algo tan hermoso como la cultura, la educación… algo que
le da herramientas para defenderse en la vida.
Lo que uno advierte con la
filosofía es que es extremadamente útil Cómo pensarnos. Cuáles son los
elementos básicos de la vida. A dónde vamos. Si existe Dios. La gramática, el
lenguaje… todo entra en esta disciplina hermosa que es la filosofía, y que quiere
decir nada más y nada menos que “amor a la sabiduría”.
-Más allá de la
canción: ¿la historia la escriben los que ganan?
-Yo creo que la ganan los que escriben. Acá venimos muy bien
en la batalla por la historia, yo diría desde el 2001 para acá, se ha avanzado
muchísimo en el combate por la historia. Hoy les cuesta muchísimo a los
liberales mitristas defender a Colón, por ejemplo, hoy ya es el Día de la
Dignidad Americana el 12 de octubre, de la Diversidad Cultural… Hay batallas
ganadas. En este escenario de derrotas que estamos viviendo es importante decir
que hay batallas que seguimos ganando, cuesta mucho por supuesto, pero ya la
gente se da cuenta que la mentira se torna insostenible entorno a ciertas cosas
que nos han contado y que tiene que ver con el sostenimiento del poder actual,
el discurso histórico como sostén del poder actual… como decía (George) Orwell
quien controla el pasado controla el presente y quien controla el presente
controla el futuro, ahí hay una extraordinaria parábola de la importancia que
tiene el relato histórico.
La palabra relato no tiene nada de malo. Relato es toda
transmisión científica, para contarlo hay que relatarlo. Han querido hacer de
la palabra relato algo bastardeado, algo menor, como han querido hacerlo con la
palabra divulgación. Tanto Darío (Sztajnszrajber), como yo, como (Adrían)
Paenza, como (Diego) Golombek, nos consideramos orgullosamente divulgadores,
llevar a la mayor cantidad de gente posible el conocimiento, ayudar a pensar,
poner a la misma altura, no estamos arriba de nadie, la suerte en la vida nos
dejó estudiar y todos –por lo menos los que nombré- sentimos la obligación de
devolver, todos pasamos por la universidad pública y sentimos la necesidad de
devolverle a la gente lo que nos ha dado nuestro querido país…
Lo que pasa con esas acusaciones contra los divulgadores es
que desnuda a nuestros acusadores. Cuando ellos dicen “abaratan la filosofía”,
“abaratan la historia”… qué lindo que es abaratar, yo diría mejor hacerlo
gratis directamente. Pero como su mente está puesta en el precio, en el dinero,
en el capital, una forma de agredir es decir “abaratar” y es una hermosa
palabra. Tanto Darío como yo intentamos abaratar todo lo que podemos la
historia y la filosofía, que todo el mundo acceda.
-Sería como “des-elitizar”
la cultura…
-Sí, que es lo que a ellos los desespera. Manteniendo la
cultura para la elite mantienen dominada a la mayoría. Cuando son el soporte de
un poder injusto como el que estamos soportando en este momento apuntan al
mantenimiento de una elite, a la venganza social, a la marginación de la mayor
cantidad de gente, a la baja de salario, a la baja de la calidad educativa,
hasta ponen en riesgo el satélite artificial… La barbarie no tiene límites.
Siempre han sido ellos los bárbaros en la historia argentina, esta elite
liberal, neoliberal.
-¿Pasamos del
revisionismo al reversionismo?
-Sí, y muy berreta por otra parte porque no tiene gente de
mucha calidad como para contraponer un discurso. Si bien el revisionismo tuvo
gente de calidad y otra no tanto con planteos muy pocos serios, me parece que
ellos no tienen un discurso histórico sustentable, son provocadores como cuando
un ministro de Educación habla de una segunda campaña del desierto, no tienen
sustento. La derecha argentina no tiene mucho orgullo de su pasado, no tienen
mucho para mostrar sinceramente. Tienen dictaduras, represiones, matanzas… les
resulta complicado encubrir eso, entonces su método es atacar a los gobiernos
populares, más que nada son desacreditaciones de pasados pero no orgullo por su
propio pasado; no se animan a reivindicarse de derecha por ejemplo, son de
centro o no sé qué, tienen mucho problema con la nomenclatura.
-¿Qué rol ocupa el
movimiento obrero en nuestra historia?
-Para mi el movimiento obrero ocupa un rol central, y se lo
doy mucho en mis libros. El movimiento obrero, el movimiento social. Hace la
diferencia, en el pasado y en el presente. Argentina es un país que tiene una
presencia sindical en su vida cotidiana impresionante, que a la gente común no
se la dejan advertir, pero ocurre. Hace poco recorría con un amigo francés,
sociólogo, la Ciudad de Buenos Aires y quedaba positivamente impresionadísimo
de la cantidad de hoteles sindicales que tiene la ciudad, cosa que no hay en el
mundo; las clínicas a nivel atención médica; la defensa de los trabajadores;
todo lo que hace el movimiento sindical, más allá de las críticas que se le
pueda hacer y que hay que hacerle, es algo que hace la diferencia. La red
social que construyó el movimiento obrero en tantos años de lucha es algo que
es muy importante, y es la única barrera frente a la barbarie neoliberal, lo
único que en este momento podría ponerle un freno, ya que tenemos una traición
política en el Parlamento horrenda, y que el peronismo da vergüenza, o el peronismo
parlamentario por lo menos… creo que el movimiento obrero aparece como la
última esperanza de poner coto a la barbarie.
-¿Tendrá que ver con
el legado peronista?
-Sí, por supuesto. ¿Por qué Argentina es diferente? Porque
tuvo el Peronismo, la tuvo a Evita a Perón… Y eso fue una diferencia notable,
el dejar derechos establecidos que ni la Libertadora, no Onganía, ni Videla
pudieron erradicar del todo. Erradicaron a muchos dirigentes fundamentales,
generaciones internas de dirigentes, pero hay una conformación que tiene que
ver con un modelo que se las ingenió para seguir.
Hoy debe asumir uno de los mayores desafíos de su historia.
No sé si es consciente del rol que les toca en este momento, muy parecido al
rol que les tocó en el ’55… Creo que es un momento muy parecido al ’55, con
revancha. Incluso con total desconcierto en la oposición, dentro del propio
peronismo con desconcierto.
-Hace poco tiempo
conocimos el fallo por la MegaCausa La Perla donde se ventilaron acciones,
situaciones que no se conocían ¿Aún falta revisar esa etapa de la historia que
es la dictadura?
-Sí. Creo que no es un momento muy propicio para eso. Pero
justamente por eso hay que hacerlo. Intentaron que pase sin pena ni gloria, esa
que es una de las causas más grandes de los juicios de Verdad y Justicia, y de
los más atroces, con personajes como Menéndez… Creo muy importante que los
jóvenes estudiantes conozcan lo que pasó en La Perla, la importante acción de
justicia que se logró.
También quizá por algo homeopático… ojo, que no estamos exentos
de esto. Vemos cosas horribles como lo de La Garganta Poderosa, chicos
torturados por ser villeros… Siempre se empezó por pequeñas cositas, está en
nosotros permitir que eso avance. Vemos gente muy impresentable en el
Ministerio de Seguridad, nadie pidió disculpas… Menos mal que hay una fiscalía
independiente… pero así se empieza, algo aparentemente menor, y si nadie
reacciona se sigue avanzando.
NOTA: El video de la
entrevista se puede ver en: www.atilra.edu.ar/detalle/26
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