¿Quién sos?
Un poeta. El preguntador. El que pregunta por la luz.
¿Quién quisieras ser?
Un poeta. El preguntador. El que pregunta por la luz.
(Rara vez alcanzamos a decir el deseo. Pero decirnos es
pretencioso).
¿El lugar más lindo
al que viajaste?
Nuestra Biblioteca y Medioteca Popular y Municipal Mariano
Moreno.
¿Dónde viajarías, al
pasado o al futuro?
A la Medioteca, que contiene el pasado y el futuro en sus
libros, con la ventaja de que uno los habita, realmente, como puede, en el
presente. Y con los humanos del presente que están ahí, en la Medioteca y en el
café de Eduvim.
¿Cuál serie o programa de TV estás viendo y recomendás?
La serie argentina “Psiconautas”.
Quizá hay que ver dos capítulos para encontrarle el código y, resuelto eso,
despanzarse de la risa (uno siempre se ríe de uno mismo. No hay otro modo). La
serie “Recordando el show de Alejandro Molina”. Los dibujos animados “Hora de
aventuras”, a los que llegué por mi sobrinito, gran lector de la narrativa de
la tele y la compu. La pasan por Cartoon Network y tiene guiones que me dejan
perplejo y lleno de envidia. Feliz, que se dice.
¿Y el último libro
que leíste?
Nunca leo de a uno: “Historias de los señores Moc y Poc”
(Luis María Pescetti), divertido, inteligente, humano, una apuesta a seguir
vinculándose con el otro a pesar de no comprendernos (¿se entiende?). “Amar y
flirtear” (Sandra Russo), honesto, inteligente, que toca los asuntos hondos de
lo humano y de cómo estar y no estar con otro (lo leí entero y sigo soltero
¿habré entendido mal?). “El cascabel del halcón” (del poeta Enrique Banchs),
del que invito a mirar el poema que empieza “triste está la casa nuestra…”.
“Tomo las decisiones con los pies” (de la poeta Mariela Laudecina), un libro
hermoso de una mujer hermosa que vive en Córdoba y del que les convido a leer
porque les va a gustar. (Advertencia al crédulo lector: todo lo que dije puede
ser falso, pero el mundo está lleno de
golondrinas-sobre todo en las partes del mundo en las que hay
golondrinas. En las otras, no creo. ).
¿Una película que recomiendes?
“Si la cosa funciona”, de Woody
Allen.
¿Qué espectáculo (danza, teatro, etc) no podemos perdernos?
Un recital de las “Trío del aire”
que viven acá y cada tanto iluminan.
¿Qué música estás
escuchando?
Uruguay: el disco “Somos libres” de Martín Buscaglia, el
disco “Mi corazón bombón” de Mariana Lucía, el tema “Supersticioso” de Papina
de Palma (sugerencia de Rocío Heredia) que la intuyo uruguaya pero no sé. De
Argentina, el disco “Secreto y Malibú” de Axel Krieger. Soy, por orden de
Borges –que pensaba que lo importante no es la lectura sino la relectura-
repetitivo: si me gusta un tema o un disco, paso un buen tiempo oyéndolos una y
otra vez (ahí serían dos veces… yo los oigo más).
¿Un recuerdo de tu
infancia?
La primera vez que jugué al fútbol en un equipo: Centralito.
Tenía 5 años y una bermuda a lunares. Me pusieron de delantero casi al último.
Me marcaba un alto defensor. Yo siempre fui muy talentoso para no destacarme
por mi altura. Aún hoy. Yo estaba parado junto a mi marcador. El técnico ordenó
que me moviera. Hice un paso al costado. El defensor me siguió. Hice un paso al
otro costado. El defensor me siguió. Mi misión era desmarcarme, mi vida era eso
esos minutos. Hice un paso al otro costado, el defensor me siguió. En pocos
segundos noté que la gente reía y daba aplausos. Lo repetí por un rato que
pensé prudente (aunque no sabía, aún, decir “prudente”). La cancha fue mi
primer escenario. De ahí que no paro de jugar, de hacer ficción, de ponerle mi
rasgo y mis bermudas a los partidos de siempre, a lo cotidiano, para que yo y
los que me ven entendamos y disfrutemos que siempre hay otro modo de mirar y de
hacer. Vivir, que le dicen.
¿Qué no te importa?
Que no hice un gol en mi primer
partido.
¿Lo mejor de Villa María?
Que quiero quedarme.
¿Y lo peor?
Que no encuentro novia.
¿A quién consultás?
A mi analista, Laila Alkalá (qué bendición que exista, y su
lenguaje, y que nos encontramos). A Dolina. A la actriz, intensa y amiga, Marisabel
Demonte. A la historia que cuento de mí mismo.
¿Qué fue lo último
que hiciste (o no hiciste) y te arrepentiste?
Entrevisté a Pescetti y no le pregunté por qué, muchas
veces, usa en sus shows una remera con el dibujo de un pez (hace siglos, cuando
los cristianos eran perseguidos por el emperador romano, el pez era una
contraseña que los creyentes usaban para reconocerse sin levantar la perdiz-
¿así se dice, cierto?... Esto de hablar genera dudas de cómo es que se habla…)
¿Qué te hace perder
la paciencia?
Que, al comer o beber, cerca mío, mastiquen o traguen con
mucho ruido. Que en una casa esté el programa de Jorge Rial o de Tinelli, o
Mirtha, y encima a todo volumen. Que la gente sea amistosa por Facebook y que
no te saluden en la calle ni acepten tomar unos mates en persona. Que la gente
diga que quiere algo y después ande con vueltas (esto último, en un asunto
particular, me molesta también de mí mismo).
¿Qué te hace reír?
Que la gente (yo soy gente) se caiga o se golpee la cabeza
al levantarse de la silla. Los libros de Pescetti. Las ocurrencias de Dolina o
Macedonio Fernandez. La gente diciendo cosas sin darse cuenta de que no dicen
eso que están diciendo, sino que eso que dicen revela, a las claras, otra cosa
mucho más interesante y cierta. Los cuentos de Leo Masliah. Mis ganas de poner
mil cosas más, porque me río mucho. Ah, ¡los Les Luthiers! ¡y las caras de mi
sobrinita!
Una frase que uses mucho.
Ya lo dijo Sartre: creo que cada
hombre puede hacer algo con lo que hicieron de él.
¿Cómo te ves de acá a 10 años?
Con bastantes canas. 10 años son
mucho tiempo. Creo que me voy a enamorar tres veces más.
¿Para qué usas las
redes sociales?
Para compartir textos que escribo y textos que leo. Para
organizar y estar enterado de eventos culturales. Para impresionar a alguna
dama (aunque por lo general son ellas las que me impresionan: quedo
impresionado de la capacidad de no impresionarlas que tengo).
¿Estás ahorrando para…?
Publicar mi primer libro.
¿A quién te gustaría
conocer?
A Dolina y a Rolón. En la Biblia, en el Antiguo Testamento,
la expresión “tal hombre conoció a tal mujer” indica que se acostaron. Y la
oración que suele seguir es “y concibió tal mujer, y dio a luz un hijo, y lo
llamó tal y tal”. “Conocer”, entonces, implicaría una intimidad, un secreto con
el otro, un descubrirse. Y que de ese conocimiento surja algo que antes no
estaba, que sólo fue posible gracias a ese encuentro con otro. Eso quisiera con
Rolón y Dolina. Y con algunas mujeres de Villa María (a las que no nombraré
pero quizá, a algunas, les haya escrito por Facebook-es chiste. 50 y 50).
¿Alguna meta para este año?
Contar muchos cuentos. En muchas
partes.
Los domingos son para…
Dormir un poco más. Tomar mate y
leer sin reloj. Abrazarse a la siesta con la chica que te gusta. Ir a charlar
con amigos y amigas.
¿A quién deberíamos
conocer?
A mi cantora Rocío Heredia, que flota como un barrilete.
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