Radiografías

Radiografías #9: Mauro Guzmán

Mauro Guzmán
Escritor

(el texto digital es el completo, en la versión papel se publica una versión reducida)

¿Quién sos?
Un poeta. El preguntador. El que pregunta por la luz.
¿Quién quisieras ser?
Un poeta. El preguntador. El que pregunta por la luz.
(Rara vez alcanzamos a decir el deseo. Pero decirnos es pretencioso).
¿El lugar más lindo al que viajaste?
Nuestra Biblioteca y Medioteca Popular y Municipal Mariano Moreno.
¿Dónde viajarías, al pasado o al futuro?
A la Medioteca, que contiene el pasado y el futuro en sus libros, con la ventaja de que uno los habita, realmente, como puede, en el presente. Y con los humanos del presente que están ahí, en la Medioteca y en el café de Eduvim.
¿Cuál serie o programa de TV estás viendo y recomendás?
La serie argentina “Psiconautas”. Quizá hay que ver dos capítulos para encontrarle el código y, resuelto eso, despanzarse de la risa (uno siempre se ríe de uno mismo. No hay otro modo). La serie “Recordando el show de Alejandro Molina”. Los dibujos animados “Hora de aventuras”, a los que llegué por mi sobrinito, gran lector de la narrativa de la tele y la compu. La pasan por Cartoon Network y tiene guiones que me dejan perplejo y lleno de envidia. Feliz, que se dice.
¿Y el último libro que leíste?
Nunca leo de a uno: “Historias de los señores Moc y Poc” (Luis María Pescetti), divertido, inteligente, humano, una apuesta a seguir vinculándose con el otro a pesar de no comprendernos (¿se entiende?). “Amar y flirtear” (Sandra Russo), honesto, inteligente, que toca los asuntos hondos de lo humano y de cómo estar y no estar con otro (lo leí entero y sigo soltero ¿habré entendido mal?). “El cascabel del halcón” (del poeta Enrique Banchs), del que invito a mirar el poema que empieza “triste está la casa nuestra…”. “Tomo las decisiones con los pies” (de la poeta Mariela Laudecina), un libro hermoso de una mujer hermosa que vive en Córdoba y del que les convido a leer porque les va a gustar. (Advertencia al crédulo lector: todo lo que dije puede ser falso, pero el mundo está lleno de  golondrinas-sobre todo en las partes del mundo en las que hay golondrinas. En las otras, no creo. ).
¿Una película que recomiendes?
“Si la cosa funciona”, de Woody Allen.
¿Qué espectáculo (danza, teatro, etc) no podemos perdernos?
Un recital de las “Trío del aire” que viven acá y cada tanto iluminan.
¿Qué música estás escuchando?
Uruguay: el disco “Somos libres” de Martín Buscaglia, el disco “Mi corazón bombón” de Mariana Lucía, el tema “Supersticioso” de Papina de Palma (sugerencia de Rocío Heredia) que la intuyo uruguaya pero no sé. De Argentina, el disco “Secreto y Malibú” de Axel Krieger. Soy, por orden de Borges –que pensaba que lo importante no es la lectura sino la relectura- repetitivo: si me gusta un tema o un disco, paso un buen tiempo oyéndolos una y otra vez (ahí serían dos veces… yo los oigo más).
¿Un recuerdo de tu infancia?
La primera vez que jugué al fútbol en un equipo: Centralito. Tenía 5 años y una bermuda a lunares. Me pusieron de delantero casi al último. Me marcaba un alto defensor. Yo siempre fui muy talentoso para no destacarme por mi altura. Aún hoy. Yo estaba parado junto a mi marcador. El técnico ordenó que me moviera. Hice un paso al costado. El defensor me siguió. Hice un paso al otro costado. El defensor me siguió. Mi misión era desmarcarme, mi vida era eso esos minutos. Hice un paso al otro costado, el defensor me siguió. En pocos segundos noté que la gente reía y daba aplausos. Lo repetí por un rato que pensé prudente (aunque no sabía, aún, decir “prudente”). La cancha fue mi primer escenario. De ahí que no paro de jugar, de hacer ficción, de ponerle mi rasgo y mis bermudas a los partidos de siempre, a lo cotidiano, para que yo y los que me ven entendamos y disfrutemos que siempre hay otro modo de mirar y de hacer. Vivir, que le dicen.
¿Qué no te importa?
Que no hice un gol en mi primer partido.
¿Lo mejor de Villa María?
Que quiero quedarme.
¿Y lo peor?
Que no encuentro novia.
¿A quién consultás?
A mi analista, Laila Alkalá (qué bendición que exista, y su lenguaje, y que nos encontramos). A Dolina. A la actriz, intensa y amiga, Marisabel Demonte. A la historia que cuento de mí mismo.
¿Qué fue lo último que hiciste (o no hiciste) y te arrepentiste?
Entrevisté a Pescetti y no le pregunté por qué, muchas veces, usa en sus shows una remera con el dibujo de un pez (hace siglos, cuando los cristianos eran perseguidos por el emperador romano, el pez era una contraseña que los creyentes usaban para reconocerse sin levantar la perdiz- ¿así se dice, cierto?... Esto de hablar genera dudas de cómo es que se habla…)
¿Qué te hace perder la paciencia?
Que, al comer o beber, cerca mío, mastiquen o traguen con mucho ruido. Que en una casa esté el programa de Jorge Rial o de Tinelli, o Mirtha, y encima a todo volumen. Que la gente sea amistosa por Facebook y que no te saluden en la calle ni acepten tomar unos mates en persona. Que la gente diga que quiere algo y después ande con vueltas (esto último, en un asunto particular, me molesta también de mí mismo).
¿Qué te hace reír?
Que la gente (yo soy gente) se caiga o se golpee la cabeza al levantarse de la silla. Los libros de Pescetti. Las ocurrencias de Dolina o Macedonio Fernandez. La gente diciendo cosas sin darse cuenta de que no dicen eso que están diciendo, sino que eso que dicen revela, a las claras, otra cosa mucho más interesante y cierta. Los cuentos de Leo Masliah. Mis ganas de poner mil cosas más, porque me río mucho. Ah, ¡los Les Luthiers! ¡y las caras de mi sobrinita!
Una frase que uses mucho.
Ya lo dijo Sartre: creo que cada hombre puede hacer algo con lo que hicieron de él.
¿Cómo te ves de acá a 10 años?
Con bastantes canas. 10 años son mucho tiempo. Creo que me voy a enamorar tres veces más.
¿Para qué usas las redes sociales?
Para compartir textos que escribo y textos que leo. Para organizar y estar enterado de eventos culturales. Para impresionar a alguna dama (aunque por lo general son ellas las que me impresionan: quedo impresionado de la capacidad de no impresionarlas que tengo).
¿Estás ahorrando para…?
Publicar mi primer libro.
¿A quién te gustaría conocer?
A Dolina y a Rolón. En la Biblia, en el Antiguo Testamento, la expresión “tal hombre conoció a tal mujer” indica que se acostaron. Y la oración que suele seguir es “y concibió tal mujer, y dio a luz un hijo, y lo llamó tal y tal”. “Conocer”, entonces, implicaría una intimidad, un secreto con el otro, un descubrirse. Y que de ese conocimiento surja algo que antes no estaba, que sólo fue posible gracias a ese encuentro con otro. Eso quisiera con Rolón y Dolina. Y con algunas mujeres de Villa María (a las que no nombraré pero quizá, a algunas, les haya escrito por Facebook-es chiste. 50 y 50).
¿Alguna meta para este año?
Contar muchos cuentos. En muchas partes.
Los domingos son para…
Dormir un poco más. Tomar mate y leer sin reloj. Abrazarse a la siesta con la chica que te gusta. Ir a charlar con amigos y amigas.
¿A quién deberíamos conocer?

A mi cantora Rocío Heredia, que flota como un barrilete.

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