Primera parte- Recuerdos de una mega
disco de los ‘90
Cuando la noche de Villa María tenía a
FLOP
NEWS MAGAZINE entrevistó a los
gestores de la mega disco inaugurada a comienzos de los ’90 en plena calle
Buenos Aires. FLOP atraía a personas
mayores de 30 y a jóvenes. Tenía una capacidad para 2mil personas y cada
viernes era un furor.
Julio Elhall y Carlos Hoffman fueron los creadores de esta mega disco
que dejó una huella imborrable en la retina de aquellos jóvenes que lo
vivenciaron. En esos años la movida
nocturna villamariense era muy diferente a lo que es hoy, se podría decir que
los actuales no le llegan ni a los talones a los grandes boliches que existían
en esa década.
La zona de
boliches y pubs estaba concentrada en la costanera, incluso pasando el
Anfiteatro. Había variedad para edades y estilos musicales.
Sin embargo,
FLOP cambió el paradigma de esos tiempos y se instaló en pleno centro uniendo
en un mismo lugar los viernes a los jóvenes y a los adultos que también tenían
su sector.
Un boliche para todos
El boliche tenía un primer piso Vip, pero a diferencia de los
actuales, no había nadie controlando quién entra o quién no, “normalmente venía
gente más grande, lo lindo de esto es que estaban colegios vendiendo la entrada
y había gente de 40 o 50 años acá arriba. Tanto como varones y mujeres, y
estaban los chicos. Antes eran Mega Disco no era para un tipo de edad. Cada uno
tenía su espacio, se respetaba su lugar”, afirmó Julio Elhall.
Carlos Hoffman, en este sentido, contó que había muchos casos
que el papá estaba arriba y los chicos abajo. En ese tiempo, el horario de
ingreso era a la 1 am, no había tiempo para previas como lo es ahora. “Antes
arrancaba más temprano, a la 1 ya teníamos gente haciendo cola, quería entrar,
porque los chicos se encontraban acá”.
“Lo que rescato que se logró con Julio, que es lo más
difícil, abríamos la puerta, encendíamos un cartel y no teníamos que hacer nada,
teníamos un boliche, después vinieron otras historias. No hacíamos fiestas
temáticas, se festejaban cumpleaños, la gente venía sola”, agregó el ex gerente
comercial de FLOP.
Julio Elhall remarcó que trabajaban unas 17 personas aproximadamente en las boleterías, en las
barras, limpieza, teníamos entre 15 o 12 de seguridad. Dos jefes manejaban el
operativo cada noche.
“Siempre había algún problema de seguridad. Pero en las
peleas que se generaban salíamos y lo tratábamos de solucionar, hablábamos con
los chicos. Le poníamos fechas de suspensión y no entraban. Tratábamos de que
no se pelearan”, comentó Julio.
¿Ven alguna diferencia de los códigos
que se manejan hoy en día?
Hoffman
respondió que “con Julio estábamos muy arriba, cuidando todos los detalles,
estábamos muy atentos a prevenir peleas. Por eso creo que va a quedar siempre
en la memoria de la gente”.
¿Alguien se quedaba afuera del
boliche?
Elhall ante
esta pregunta, señaló: “Era simple, nosotros poníamos un estilo de música, o te
gustaba o no, no se prohibía la entrada
a nadie. Alguno si se habrá enojado porque no le gustó o por el trato en la
puerta. Pero nunca tuvimos ese problema de discriminar en el ingreso. Esto era
una mega disco, era para 1500 o 2000. Tratábamos de darle una impronta para el
tipo de gente que queríamos que fuera el boliche, la gente que se sentía
identificada venía”.
Carlos
agregó: “El derecho de admisión no se podía aplicar, era un impuesto que se
pagaba antes en Buenos Aires que se decidía a quien entrar. Pero lo que se dice
de ahora, pasó siempre en las grande ciudades, eso lo hacíamos con un estilo
diferente, y siempre con cobro de entradas. Había un sector de gente que nos
interesaba que estuviera, eso ya es un filtro, el producto era bueno, lo
hacíamos valer”.
Cuando Flop abrió para ver el Mundial
del 94…
Lo definen
como una de esas locuras que pensaron, nunca imaginaron que tendría tanto éxito
la propuesta. “Teníamos una pantalla de 6 x4, se hizo a mano. Una locura que se
nos ocurrió. Lo difundimos en la radio, los tarjeteros también avisaban a la
gente. 2 pesos la entrada con una gaseosa. Pensamos que íbamos a meter 700
personas, vinieron como 1500. Ya no veían el partido de tanta gente. Además la
ubicación cerca de la plaza para festejar nos favorecía”, contaron. “Cuando
hacía un gol de argentina poníamos el tema Matador”, recordó Carlos.
La publicidad y promoción eran
fundamentales
Ante los
avatares de la difusión cada semana, en tiempos donde no había acceso a
internet como ahora, “la difusión de las
fiestas era a través de las radios, la pegatina en el centro y en los pueblos,
las tarjetas se diseñaban todas iguales. Los llamados “tarjeteros” eran chicos
que las repartían en la ciudad y en la región, trabajaban por la entrada y unas consumisiones,
pero se ponían la camiseta”, contaba Julio.
De esta
manera se organizaban para que el boliche se llenara, “Armábamos antes, había
que brindarle algo a la gente, salíamos a vender una ilusión, era muy difícil
llenar un boliche de 2000 personas. Hoy un boliche de 1000 personas al precio
que se venden las entradas, que no invierten en publicidad, es diferente, no
hay grandes gastos. En nuestra época se invertía y se le brindaba algo nuevo a
la gente, venía gente de Córdoba a bailar acá.
Carlos- íbamos a la zona, nos parábamos en las plazas con los
tarjeteros, difundíamos.
¿Cómo ven la zonificación de los
boliches, notan que la gente extraña una discoteca en el centro?
“Pasa por la
propuesta que se les da a la gente. En esos años, veníamos de varias épocas de
costanera, la zona de boliches. Elipidio González, de donde es hoy Jet Set
hasta pasando el Anfi era zona de boliches. Lomoteca, Casablanca, Emiliano,
Yehu, Kabranca, Miura, entre otros. Se usaban mucho los boliches para parejas. A principios de
los 90 sólo quedaba Kabranca y la Lomoteca y ahí viene Flop en el centro”,
contextualizó Julio.
Carlos,
opinó: “Estando Flop la gente empezó a
venir al centro, muchas confiterías se reformaron. Se hizo Fancy, Juanita la
Pistolera, Network. Lo que no fue apoyado por las políticas municipales, porque
se venían los pubs”.
Julio Elhall
analizó la actualidad de la movida nocturna y señaló que “hoy no hay Mega disco
porque están divididos los días, la
gente, los sectores, la música, se fragmentó todo y nadie necesita salir con afiches
o hacer más publicidad”.
Oberto concurría a FLOP
Elhall y Hoffman contaron esta
anécdota que revela lo que significó este lugar de divertimento en esos tiempos
y la humildad de un jugador que triunfa en la mejor liga de básquet en Estados
Unidos. “Cuando hacíamos difusión en Las Varillas, conocíamos al hermano del
jugador de básquet, y cuando Oberto no tenía partidos en Atenas, venían al
boliche. Cada vez que venía se ponía a charlar un rato conmigo yo le decía
agachate un poco me duele el cuello, y se agachaba…era muy gracioso”.
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