Facebook se aseguró la transmisión exclusiva de 26 partidos de la Copa Libertadores 2019
El largo brazo del pulgar arriba
Los encuentros de los jueves del próximo torneo premium de clubes de la Conmebol sólo podrán ser vistos vía Facebook Watch.
¿Qué tanto repercutirá en el consumo de datos? ¿Cómo se adaptarán los bares? ¿Cuánta pasión se banca tu wi-fi?
La
vertiginosa evolución que la tecnología experimenta desde la aparición
de las redes sociales trae como efecto colateral la pulverización de
paradigmas otrora invencibles. El primero fue el concepto de “hablar por
teléfono”, algo que con el desarrollo de aplicaciones de mensajería
disociadas de las redes, y luego con la aparición de WhatsApp, suena
casi obsoleto. ¿Cuánto hace que ninguno de nosotros disca un número y
conversa en tiempo real, a la vieja usanza? El cálculo nos asombrará. Lo
cierto es que cada red atiende su juego y entre todas componen una
maratón por mostrarse siempre un paso más adelante que las demás. En esa
carrera frenética asoma ahora una nueva posta marcada por la
transmisión de contenidos audiovisuales en vivo. Y, como sucede en estos
casos, los espectáculos deportivos aparecen como la gran zanahoria que
todos persiguen.
La Prensa Nacional e Internacional informo de
esto durante el Mundial de Rusia, cuando por un lado Instagram sacó a la
cancha su servicio IGTV, que permite alojar vídeos de mayor duración al
minuto tradicional y vino a complementar la ya vigente posibilidad de
transmitir en vivo desde celulares o tabletas; y además en simultáneo la
FIFA monopolizó por primera vez en una Copa del Mundo la generación de
imágenes, centrando en sus cámaras todo lo que se ve y negándoles a las
cadenas televisivas colocar las propias, obligándolas ahora solo a
repetir lo que les mandan de manera remota. En ese escenario, las redes
sociales se convirtieron en nuevos canales de divulgación de
espectáculos deportivos.
La alianza durante Rusia fue por lo
visto exitosa, ya que el ente rector del fútbol-institución decidió
profundizarla aún más con una reciente noticia que sacudió al mercado de
las transmisiones: un vínculo que, vía Conmebol, acaba de sellarse con
Facebook para que esta red social tenga la exclusividad de 26 partidos
de la Copa Libertadores del año próximo. Se tratará de los cotejos que
se disputen los jueves, y el contrato establece que todos los equipos
deberán jugar al menos una vez ese día, obligando a sus hinchas a
loguearse en FB si desean seguir los matches en vivo. Los partidos se
podrán ver por Facebook Watch, una plataforma que la red social
desarrolló, entre otras cosas, para transmitir partidos de la Champions
League europea.
¿Vamos camino a la defunción del
concepto de “mirar la tele”? En principio no. O no tanto: estará la
posibilidad de puentear el celu, la tableta o la compu al televisor y
ver desde allí. Sin embargo somos conscientes de que el mundo avanza
hacia un consumo de contenidos audiovisuales que cada día dejan un paso
más atrás a los legendarios aparatos. ¿Cómo harán por ejemplo los bares
para efectuar esta maniobra y dejar contentos a los clientes que acudan
para ver los partidos de la Libertadores 2019 que se disputen un jueves?
No tendrán otro remedio que actualizarse, como ya lo hicieron antes
para despachar café con modernas máquinas o adicionar las comandas a los
obligatorios softwares de facturación.
Esta novedad se produce en el marco de
la aparición de Mediapro, un grupo catalán que produce contenidos
audiovisuales de poderosas ligas europeas como las de España, Italia o
Francia. Quiso hacer lo mismo con la Superliga argentina, aunque perdió
la licitación frente a Fox Sports y Turner, quienes actualmente detentan
los derechos de transmisión. Esa derrota igualmente no desalentó al
emporio español, que de a poco puso fichas en el continente
aquerenciándose los servicios de los torneos de Colombia y Bolivia, y
ahora también desarrollando la tecnología VAR para los partidos de la
actual Libertadores, a partir de cuartos de final.
El contrato que redefine el mapa de la
televisación del fútbol continental es de 1400 millones de dólares hasta
2022, tiempo en el que la compañía española generará las imágenes de
todos los partidos de la Libertadores, la Sudamericana y también la
Recopa que enfrenta anualmente a los campeones de aquellas dos. Las
transmisiones son licitadas por paquetes y ahí aparece Facebook copando
los jueves bajo un formato que probablemente se llame “Thursday Night
Football”, muy similar al “Monday Night” que la NFL explotó en los
últimos torneos.
El 80 por ciento del contenido
consumido en redes sociales es estrictamente audiovisual. Un dato que
por supuesto manejan los generadores de estas imágenes, sobre todo
quienes comercializan las transmisiones de los partidos de fútbol. La
incógnita es ver cómo este cambio de modos armoniza con las
transferencias de datos vía celulares y las conexiones wifi, servicios
que en América latina tienen aún una eficacia deficiente por culpa de
anchos de bandas colapsados, interrupciones constantes y prestaciones
desiguales según la región. No es descabellado imaginar a hinchas
desesperados alrededor de un celular porque el partido se cuelga justo
cuando está por patearse un penal. Una escena tan aterradora y delirante
como el fútbol mismo de un continente que se mece entre los deseos
modernizadores de la Conmebol y las estructuras anquilosadas de una
institución cuestionada como nunca en su historia.
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